La llegada a Jakarta no podía ser de otra forma que con un "acogedor recibimiento" por parte de taxistas que querían estafarnos. Tal y como recomiendan, acudimos a l stand situado en el interior del aeropuerto que pone "taxi prepaid" y pagamos por nuestro trayecto. Con el ticket en nuestras manos nos dirigimos a la
salida, a esperar a nuestro taxi "Blue Bird"(así se llaman), pero mientras esperábamos en la dársena donde se supone que llegan, un hombre insistía en que nos metiéramos en otro de color amarillo. Los Blue Bird están muy solicitados y tuvimos que esperar un buen rato hasta que llegó el nuestro, ya que delante había más gente esperando. Eran las 17:30 y ya había anochecido.



El trayecto hasta la ciudad duró unos 40 min por autopista, la cual tuvimos que pagar nosotros. Son unas 15.000 rupias, y el trayecto cuesta unas 100.000 rupias.

Existe otra opción que es coger el autobús que pasa cada 60 min y tarda entre 45 y 90 min en llegar al centro. Es bastante más barato encontrándose su precio entre los 8.000 y las 12.000 rupias dependiendo del punto de destino. El último es a las 18:00 h.

Si lo que necesitas es ir a la otra terminal, hay un servicio de lanzadera gratuito, que es el que sale en la foto.

Cuando nos adentramos en la ciudad empezamos a ver un montón de edificios altos iluminados. Íbamos asombrados puesto que la impresión que tuvimos hacía 9 días era de una ciudad fea, sucia y pobre. Pero esta imagen no tenía nada que ver. Menos mal!. Llegamos a nuestro hotel, situado en una calle paralela a una arteria principal. La cosa prometía.

Foto tomada desde el mirador del Monas.

Me resultó curioso el wc de la habitación, que tenía un botón que accionaba un chorrito de agua para lavarse.

Hasta ahora siempre habíamos visto la manguera-ducha junto al wc. Para el que no lo sepa, los asiáticos no usan papel higiénico, en el caso de los indonesios como la mayoría son musulmanes, siguen sus costumbres y se lavan. Lo que aún no he podido entender es como se secan, pues en la mayoría de restaurantes, bares y sitios públicos no hay papel. Por tanto tomad nota: es indispensable llevarse cleenex!

Hicimos el check-in, pedimos un plano (por si acaso), puse en marcha el gps del movil y salimos a conquistar la ciudad. Al ataque!

A pesar de contar con unos 10 millones de habitantes las calles estaban bastante vacías. La enorme avenida M.H.Thamrin estaba desierta! en más de 1 km nos debimos cruzar en total 9-10 personas. Que tranquilidad, lo agradecíamos.


Durante el paseo vimos varios carteles de flores anunciando bodas. Me parecieron tan originales que tomé fotos de varios de ellos.

Pusimos nuestro candado de rigor en una de las pasarelas elevadas que cruzan la avenida. Nuestro ritual. Lo hemos hecho en varios sitios del mundo y nos guardamos una llave, la otra solemos tirarla a un río.

Hacía un calor tremendo y la humedad nos estaba matando, por lo que consideramos buena opción pasearnos por los centros comerciales y cenar relajadamente. No todo en las ciudades está en la calle. A ver quien se resiste a una tarta de erizo! ha ha.


O a un salón de recreativos impresionante, con un tren que circula a unos 8-10 metros de altura sobre el resto de atracciones, con karaoke, emuladores de motos, juegos de play station...el paraiso de los ludópatas! De verdad os digo que la imagen no hace justicia, a mí me dejó flipando. Además en la foto solo se ve un trozo.

El centro comercial Plaza Indonesia es enorme y está comunicado con otros para que no tengas que salir a la calle. Tras recorrerlos un buen rato, cenamos y volvimos al hotel.



Al día siguiente nos fuimos al Monas (monumento nacional y emblema de la independencia indonesia). Web web .

Estaba a escasos 10 min del hotel así que fuimos andando.

Se trata de una torre de marmol de 132 m. construida en el campo Merdeka, donde antiguamente se reunían las tropas para repeler los ataques. En la cima hay una llama de bronce y oro. 

El recinto es inmenso y los fines de semana acuden multitud de familias para pasar el día, hacer picnic, volar cometas, montar en bici... 


Una vez en el recinto cambiamos de opinión y decidimos ir primero a la Mezquita Istiqlal puesto que había unas colas impresionantes en el Monas. La foto está hecha desde la base del monumento, así que podéis haceros una idea de a qué distancia está.

Es la tercera más grande del mundo tras la de La Meca y la de Medina, puede albergar hasta 120.000 fieles.

Dentro me percaté de que éramos los únicos turistas. Nada más entrar te piden que te descalces y te dirijas a un mostrador donde se dejan los zapatos. Además te piden que firmes en un libro donde debes rellenar tu nombre, nacionalidad, fecha y religión que practicas. Después sin tener muy claro que hacer empezamos a andar por los pasillos serpenteantes sin encontrar la entrada. Por el camino un hombre nos indicó que ibamos en mal camino y nos instó a que nos dirigiéramos hacia la entrada de nuevo.


Allí un policía nos dijo que nos enseñaría la mezquita pero que teníamos que pagar. No recuerdo el precio pero accedimos. Nos dió unas túnicas y empezamos nuestra marcha, mientras iba explicándonos algunas cosas en ingles.

La cúpula tiene 46m de diámetro y está sostenida por 12 enormes columnas. La visita se realiza desde la primera planta, no interrumpiendo así las oraciones de los presentes.

Tras 10 minutos de visita (y creo que soy demasiado generosa) terminó el tour, y el guarda nos dirigió a una sala para dejar las túnicas. Allí había una caja que ponía: "donativos". Cuando me dispuse a echar dinero, el espabilado hombre me dijo, "no, no, eso es para mí". Con todo el morro, sí señor! En fin, hay que asumir donde estamos y que aquí esto es normal.

Fuimos a recoger nuestros zapatos y de camino pasamos por los lavaderos donde te puedes enjuagar los pies (menos mal porque iban negros ya).

El de los zapatos también nos pidió dinero. Aquí todo el mundo se sube al carro! salimos de allí más indignados que impresionados, ya que nos molesta mucho que intenten engañarnos.

Volvimos hacia El Monas. La entrada era gratuita (ahora cobran 5000 rupias) y se accede por un pasaje subterráneo (como los pasillos de un metro). Dentro se encuentra el Museo Nacional de Historia. Es una sala de mármol rodeada de dioramas que representan la historia de Indonesia desde la prehistoria hasta su independencia. Además es un buen lugar donde descansar ya que el suelo está fresquito!


Para acceder al mirador hay que pagar el ascensor, que cuesta unas 5100 rupias (unos 0,30€)  y en el que caben unas 10 personas. Arriba, el aforo es de 50 personas, por lo que las colas se hacen largas. Subimos en uno de los últimos pases, junto a un grupo de indonesios muy majos que incluso nos pagaron el ascensor. He de confesar que nuestro nivel de inglés es bastante limitado y a veces no nos enteramos de lo que sucede a nuestro alrededor. Prometo que no vi ningún cartel donde dijera que había que pagar, y estos chicos super amables se hicieron cargo. Luego les pregunté cuanto había sido pero no querían que lo pagaramos. El dato curioso es que uno de ellos (con el que hablábamos) era un chico albino. Un indonesio albino! que curioso, si no fuera por los ojos parecía más alemán que indonesio. Encontramos la aguja en el pajar. Fué muy majo y servicial, intentando ayudarnos con todo. Cuando estábamos arriba incluso nos dijeron si queríamos mirar por los prismáticos en los que ellos habían echado dinero. Me sorprendió tanta hospitalidad. En la foto sale el resto del grupo pero no Robbie, aunque sí su mujer, que se han casado no hace mucho.



Tas intercambiarnos las direcciones para agregarnos al Facebook y una sesión de fotos, en la que cada uno hizo la misma captura pero desde su movil, (se ve que el whats app o el bluetooth no funcionan muy bien allí...haha) cogimos el ascensor para dejar el lugar que estaba a punto de cerrar, por lo que pudimos recrearnos a hacer fotos sin gente.

Estas son del muro que rodea la entrada. Hay muchas representaciones talladas con gran detalle, algunas chulísimas con un tamaño de aproximadamente 2 metros de altura. Si os fijáis en esta sale la pierna de un chico en la parte de arriba a la derecha.  Os pongo otra que me gusta mucho de unos jóvenes sentados.

Aquí podéis ver una vista 360º con una de las esquinas del muro 360º  (pinchad la flecha)



Abre todos los días desde las 8:00 hasta las 17:00 salvo el último lunes de cada mes. Y como estábamos deshidratados, nos fuimos nuevamente a los centros comerciales a hacer tiempo tomándonos un smoothy.

Tras esto ya solo nos quedaba coger las maletas que habíamos dejado en el hotel, y avisar para que nos pidieran un taxi al aeropuerto. Nuestro viaje ya había acabado. Pero aún no podíamos irnos; no sin antes pagar las tasas de salida del país. Ha ha.




Esto es Indonesia! A pesar de todo, muy recomendable para visitar.


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1 Comment

  1. Anónimo dice:

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    Publicado el 2 de febrero de 2014, 6:47

     

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